La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la Orden de Malta, es una orden religiosa católica fundada en Jerusalén en el siglo XI por comerciantes amalfitanos. Nació dentro del marco de las cruzadas y desde un principio, junto a su actividad hospitalaria, desarrolló acciones militares contra los ejércitos musulmanes árabes, y más tarde también turcos.[1] En la actualidad es reconocida internacionalmente por las naciones como un sujeto de Derecho internacional. Su sede central, que ha cambiado de sitio en varias ocasiones, se encuentra en la ciudad de Roma, Italia, en la Via dei Condotti cerca de la Plaza de España. Ese edificio y el Palacio del Aventino, que funciona como su embajada ante la Santa Sede e Italia, tienen estatuto de extraterritorialidad.
Escudo de la Orden de Malta
NOMBRES
Desde su fundación, la orden y sus miembros han tenido muchos nombres.[2] El nombre oficial de la Orden de Malta es Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. Ciertas abreviaciones se utilizan a menudo por razones jurídicas, diplomáticas o de comunicación, como por ejemplo Soberana Orden Militar de Malta, Soberana Orden de Malta o, la mayoría de las veces, Orden de Malta.[2]
En un principio, a sus miembros se les llamó Caballeros Hospitalarios (u Hospitalarios), lo mismo que Caballeros de San Juan, La Religión y Giovannitio Gerosolimitani, refiriéndose respectivamente a su santo patrón, a su carácter de hermandad religiosa, y a Jerusalén, donde se fundó la Orden.[2]
Tras la conquista de la isla de Rodas, sus miembros pasaron a ser llamados Caballeros de Rodas y, tras la cesión del archipiélago maltés, Caballeros de Malta.
La Orden ha registrado 16 versiones de sus denominaciones y emblemas. Algunas de ellas son Fratres Hospitalis S. Joannis del Xenodochium Hierosolymitanum (en 1113), Militia Rodiensis Hospitalis S. Ioannis (en 1307), Ordine di San Giovanni di Gerusalemme (en 1802) y Sovrano Militare Ordine di Malta (en 1927).
Asimismo, se ha usado para aludir a esta Orden la denominación de La Religión, en alusión a su carácter de cofradía cristiana.[2]
HISTORIA DE LA ORDEN
La Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, tras la pérdida de la Ciudad Santa pasó su sede a Chipre, luego a Rodas hasta año 1522 que perdieron la isla, pasando su sede a Malta en 1530. Hasta nuestros días ha llegado el nombre abreviado de Orden de Malta ya que fue en Malta donde tenía la sede cuando se hizo famosa por frenar el avance turco en 1565. Los caballeros de la Orden eran conocidos como Hospitalarios y también como Sanjuanistas. En un principio, los hábitos de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, eran negros, con una cruz blanca de ocho puntas (las ocho bienaventuranzas). A partir de 1259, los sanjuanistas cambian la sobrevesta para la guerra por la de color rojo con una cruz blanca que cruza la vestimenta.
Los inicios se remontan a mitad del siglo XI, cuando Jerusalén se hallaba bajo el dominio de los califas de Egipto, antes de su toma por los ejércitos de la Primera Cruzada (1099). Mercaderes amalfitanos hicieron construir una iglesia y un hospital para la atención de los peregrinos de Tierra Santa. Según una leyenda, el hospital adquirió tal prestigio que el Califa donó a fray Gerardo, rector del hospital, un trozo de los muros de la ciudad en el que se comprendía una puerta y las llaves de ésta, confiriendo así al hospital el símbolo de una autonomía y una rudimentaria personalidad que le libraban de injerencias musulmanas. El tal fray Gerardo era un religioso y fue beatificado a su muerte. El hospicio-enfermería estaba administrado por una comunidad de religiosos benedictinos dedicada a San Juan Bautista.
En 1099, los cruzados, al mando de Godofredo de Bouillón, conquistaron Jerusalén. El hospital acogió a los cruzados heridos. Algunos cruzados se unieron a los religiosos y se constituyeron en Orden, adoptando como emblema la cruz octógona. Fray Gerardo pidió al Papa Pascual II que la Orden fuese puesta bajo la tutela de la Santa Sede con la "Protectio Sancti Petri".
El Papa la concede por medio de la bula "Piæ postulatio", de 15 de febrero de 1113, con la que la Orden queda sustraída a los avatares del Reino latino de Jerusalén. La Bula -emanada durante una sesión del concilio de Benevento- amplía y confirma los privilegios ya recibidos por parte de los príncipes y de los Patriarcas de Jerusalén, sanciona de un modo solemne un estado de hecho. Por su parte el Papa Calixto II, en 1120, confirmó y amplió los privilegios concedidos por su predecesor.
La bula se refiere a las posesiones de la Orden "en Asia y en Europa". Se refiere también a la elección de quien tenga que suceder al beato Gerardo y dice: "aquel que los hermanos profesos establecerán, según Dios, que deba ser elegido". De ello podemos deducir la existencia de una Regla, que no ha llegado hasta nosotros, y la de una comunidad dividida en dos categorías, profesos y no profesos. La Regla fue ampliada y codificada por el sucesor del beato Gerardo, Raimundo de Puy, primero en usar el título de Gran Maestre, y aprobada por el Papa Eugenio II en 1145. Fray Raimundo fue también el introductor de la cruz blanca octogonal, que hasta nuestros días es el emblema de la Orden.
En virtud de esta bula el Hospital se convierte en una Orden exenta.
La situación política, bajo Raimundo de Puy, obligó a asumir funciones militares para la protección de los enfermos, los peregrinos y los territorios cristianos que los Cruzados habían recuperado. Así la Orden de San Juan adquirió el carácter de una Orden de caballería. Los caballeros eran al mismo tiempo religiosos sujetos a los tres votos. De esta manera se convirtió en una persona mixta, una Orden religioso-militar. Sus dos finalidades son el obsequium pauperum y la tuitio fidei.
En 1291, con la caída del Reino cristiano de Jerusalén, en su último baluarte de San Juan de Acre. la Orden se estableció temporalmente en Chipre.
ORÍGENES
Los orígenes de la Orden se remontan a 1084 cuando mercaderes de Amalfi fundaron en Jerusalén un hospital para peregrinos. El proyecto contó con la aprobación del gobierno del califa Husyafer, que les otorgó una licencia para construirlo junto a la iglesia del Santo Sepulcro. El lugar fue consagrado a San Juan Bautista, razón por la cual su nombre completo fue Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén. El padre superior del monasterio, Beato Gerardo, es conocido como el fundador de la Orden de Malta.
La Orden recibió el reconocimiento del Papa Pascual II en 1113,[3] mediante la bula Geraudo institutori ac praeposito Hirosolimitani Xenodochii. Sus miembros adoptaron la regla de San Agustín, el negro hábito y una cruz de paño blanco con ocho puntas, las ocho bienaventuranzas. También recibían el tratamiento honorífico de frey. Su misión fue primero hospitalaria (atención médica a los creyentes que habían peregrinado a Jerusalén), pero desde el gobierno de Raymond du Puy, el segundo Gran Maestre de la Orden, tomó un carácter militar. En 1140 se creó una especie de élite entre sus militantes, una clase especial de protectores, que guardarían la doctrina, las normas y los principios de la Orden. Algunos Caballeros de cada nación, los más fieles y discretos, fueron escogidos para formar parte. Los Escogidos, Los Trinitarios de Jesús. Estos, en 1198, representados por Juan de Mata y Félix de Valois, fundan la Orden Trinitaria.[4] Posteriormente cerca de 1150 el rey Geza II de Hungría fundó la Orden de San Esteban de Hungría tras obtener un hospital en Jerusalén que fue confiado a religiosos y caballeros húngaros. Ésta orden hospitalaria húngara (cuyos miembros eran conocidos como estefanitas), derivó entonces de la Orden de San Juan, convirtiéndose en una poderosa institución en el Reino de Hungría.[5]
Tras la Primera Cruzada los cristianos conquistaron Jerusalén. La situación de inseguridad que caracterizó a este período hizo que se consolidara el carácter militar de la Orden, al que la Santa Sede en un principio había opuesto ciertas reticencias.[4]
TIERRA SANTA Y CHIPRE
La Orden tuvo su primera sede en Jerusalén, en 1142, en el castillo del Crac de los Caballeros,[6] cerca de Trípoli. Tras la conquista de Jerusalén por parte de Saladino en 1187 (en la que murió el Gran Maestre de la orden), pasó a San Juan de Acre, donde se construyó un hospital. Cuando a su vez fue expulsada de allí en 1291,[7] lo mismo que todos los cristianos de Palestina, la Orden se instaló en Chipre.
PRIORATOS Y LENGUAS
Para organizar y canalizar los fondos donados, desde el siglo XIV se fundaron Prioratos o Grandes Prioratos, bailiajes y Encomiendas. Desde un principio el poderío de la Orden vino de las propiedades administradas por estos en Europa. Su doble vocación (militar y religiosa) le ha permitido tener más simpatizantes que las organizaciones puramente eclesiásticas.
En 1301 la Orden instauró un elaborado sistema de sus posesiones basado en las "Lenguas", que eran grupos geográficos de Prioratos. Desde 1492 existen ocho Lenguas: Provenza, Auvernia, Francia, Italia, Aragón-Navarra, Inglaterra, Alemania, y Castilla, León y Portugal.[8]
RODAS/(Palacio del Gran Maestre en la ciudad de Rodas.Foto.)
En 1310 la Orden se instaló en Rodas. Allí construyó unas fuertes fortificaciones que resistieron varios asedios, las cuales sirvieron como retaguardia a su flota naval. Entre sus acciones más destacadas de este período se encuentran las batallas de las cruzadas en Siria y en Egipto.
Por otro lado, en 1312 Clemente V abolió la Orden de los Templarios, y mediante la bula pontificial Ad vitam designó algunos meses más tarde como heredera de sus bienes a la Orden de los Hospitalarios.[9] La orden de los Hospitalarios, que comienza a ser conocida como "de Rodas", pasa de ser simplemente militar a sostener actividades con patente de corso, que por ese entonces eran asimilables a la piratería, llegando a atacar barcos cristianos y practicando la trata de esclavos.[10] [11] Como señal de su enriquecimiento material al tiempo que como expresión de su soberanía, en esta época los Grandes Maestres comenzaron a acuñar su propia moneda con su efigie en ellas.
El Sitio de Rodas de 1522,[12] efectuado por un ejército de 200.000 hombres comandado por Solimán el Magnífico, duró seis meses tras los cuales la Orden capituló y abandonó la isla.
MALTA
En 1530, ocho años después de haber salido de Rodas, Carlos I de España — con el beneplácito de Clemente VII — cedió a la Orden las islas de Malta, Gozo y Comino, así como Trípoli. La intención era proteger el Mediterráneo occidental de la avanzada otomana, la cual en 1534 ya había conquistado la ciudad de Túnez. Por su parte, la Orden debía permanecer neutral en las guerras entre naciones cristianas.
En esta época, sin embargo, la Orden atravesó por graves dificultades económicas, pues varios Grandes Prioratos desaparecieron a causa de la Reforma Protestante, en particular en Escandinavia, y otros comenzaban el proceso de conversión al protestantismo, como gran parte de los caballeros alemanes y holandeses. Por su parte, Enrique VIII había disuelto de facto la Lengua de Inglaterra. En ese contexto tuvo lugar el Sitio de Malta de 1565.
Los enfrentamientos que ocurrieron durante el Sitio de Malta comenzaron el 18 de mayo.[13] La Orden se enfrentó con 800 caballeros y 1.450 soldados comandados por el Gran Maestre Jean Parisot de la Valette a un ejército otomano compuesto por 30.000 hombres y más de 160 galeras. Aunque la Orden logró defender la isla durante algunos meses, durante los combates perdió el vital Fuerte San Elmo y probablemente habría tenido que abandonar toda la isla, de no ser por el "Gran Rescate" del 7 de septiembre prestado por el ejército español, el cual se encontraba en Sicilia.